LEY DE LA EXPANSIÓN Y CONTRACCIÓN DEL GASTO
El ser humano y con él cualquier organización a la que pertenezca es capaz de adaptarse a unas nuevas condiciones. Evidentemente esta capacidad de adaptación es también aplicable a unas nuevas circunstancias económicas de una empresa. Esto anterior no es sino un reflejo del Primer Principio de la Termodinámica, o el de la conservación de la energía, que en este caso trataremos de hacer extensible a la economía, y más concretamente a los gastos y a los ingresos de una empresa.
Dicho de otro modo, un individuo u organización tenderá a aumentar su nivel de gastos cuando se incremente el de ingresos, “emborrachándose de un superior nivel de vida”. Pero por el contrario en el caso de reducción de ingresos no ocurre de la misma forma, debido a las resistencias al cambio en este preferente nivel de vida ¿Sería posible extraer una Ley de lo anterior?
Con una adecuada formulación o propuesta, se podría enunciar la «Ley General de la expansión y contracción del gasto» como: “Cualquier individuo u organización tenderá a expandir su gasto de manera directamente proporcional al aumento de ingresos que sufra”. En esta ley general, el sistema así descrito puede definirse como completamente elástico, con un coeficiente de adaptación elástica (Kae) que alcanza un valor de 1, haciendo que los gastos aumenten en la misma proporción que los ingresos, esto es, en proporción 1/1. Es decir, el ingreso no dará lugar a ahorro.
Pero claro está, que esta Ley, como no podría ser de otra forma, posee excepciones que se hace necesario exponer.
Primera excepción. En algunos casos de individuos u organizaciones, esta elasticidad (Kae) alcanza un valor superior a la unidad. De esta guisa, el resultado de la velocidad de expansión de los gastos será superior a la de los ingresos, conllevando a una evidente quiebra del modelo.
La primera derivada de esta excepción pone de manifiesto que: “El tiempo en el que el modelo económico quiebre dependerá del valor de dicha elasticidad». En este caso la quiebra se alcanzará en un tiempo, tanto menor cuanto mayor valor adopte el coeficiente (Kae).
En todos los casos de expansión de ingresos, el coeficiente de adaptación elástica (Kae) toma valores constantes, dependiendo dichos valores del individuo o de la organización, siendo único su valor para cada individuo u organización en cualquier momento dado. Podría definirse como una característica intrínseca al individuo o la organización e independiente de otros factores como el tiempo.
Sin embargo, esta relación no se produce de la misma forma en un escenario de contracción de ingresos, donde el sistema muestra su “inelasticidad”, siendo:
Segunda excepción. “El coeficiente de adaptación inelástica (Kai) es inferior a 1, y alcanzando valores cada vez menores cuanto mayor sea la velocidad de contracción de los ingresos”. Observe el lector que al resultar en valores inferiores a la unidad el coeficiente adopta el nombre de «inelástico».
Dicho de otra manera, cuando se produce una reducción de los ingresos, el sistema económico reaccionará de forma más lenta en la reducción del gasto, más de lo que lo hace la contracción del ingreso, y fruto de las resistencias anteriormente mencionadas. Pero a más, cuanto mayor sea la velocidad de contracción del ingreso, menor será la velocidad de reducción del gasto, y con ello menor capacidad de adaptación, conllevando inequívocamente a un aumento del riesgo en la quiebra del modelo económico.
Este último caso, entra en disputa con la tercera ley de Newton o principio de acción y reacción, y representa que en los casos de contracción de los ingresos, el coeficiente (Kai) no es constante, sino una función matemática inversamente relacionada con la velocidad de contracción.
¿Sabes cuál es tu coeficiente de adaptación?
Sed felices
José Antonio Caballero Ruiz